
Ojo a la edad: principales enfermedades asociadas a la edad
Con el paso de los años, es natural que aparezcan algunos cambios en la visión. En la Clínica Oftalmológica Rubí, el doctor Rafael Rodríguez Infante —retinólogo y experto en cirugía refractiva láser— explica cuáles son las patologías más frecuentes en edades avanzadas y qué opciones existen para detectarlas y tratarlas a tiempo.
Cataratas: una afección muy común y con tratamiento eficaz
Las cataratas son probablemente la patología ocular más conocida entre la población general. Suelen aparecer a partir de los 60 o 65 años, cuando el cristalino comienza a perder transparencia de forma progresiva.
A día de hoy, existe una solución quirúrgica altamente efectiva. En la Clínica Oftalmológica Rubí se realiza la cirugía facorefractiva, que no solo elimina la catarata, sino que también puede corregir defectos refractivos como el astigmatismo, la hipermetropía o la presbicia mediante la implantación de lentes intraoculares específicas.
Glaucoma: la patología de aparición más temprana
El glaucoma puede desarrollarse a partir de los 40 o 45 años, siendo la más precoz de las tres enfermedades visuales asociadas a la edad. Se trata de una patología que afecta al nervio óptico y, en muchos casos, se produce una pérdida de visión del campo periférico. Al no provocar síntomas evidentes en fases iniciales, a menudo pasa desapercibida.
Por eso es fundamental realizar revisiones oftalmológicas periódicas. Un diagnóstico precoz permite tratar el glaucoma con gotas o cirugía, evitando su progresión.
Degeneración macular asociada a la edad (DMAE)
La DMAE afecta a la mácula, una pequeña parte central de la retina, responsable de la visión más precisa. Su aparición es más habitual a partir de los 65 años y es una de las principales causas de pérdida de visión en personas mayores.
Existen dos formas:
- DMAE seca: es la más común. Hasta hace poco no existía tratamiento, pero actualmente se está investigando el uso de inyecciones intravítreas y fotobiomodulación.
- DMAE húmeda: suele derivar de una forma seca. En este caso, el paciente suele acudir con carácter urgente y con una pérdida de visión grave. Se trata con inyecciones intravítreas, que permiten controlar la evolución en muchos casos.
¿Cómo detectar la DMAE de forma precoz?
En personas jóvenes, es posible detectar signos que alerten sobre un posible desarrollo futuro de la enfermedad, como la presencia de drusas maculares (pequeñas manchas blancas en el centro de la retina). En general, se recomienda seguir hábitos saludables para preservar la salud visual, pero especialmente cuando existen antecedentes familiares. Estos incluyen una alimentación equilibrada, evitar el tabaco, controlar la presión arterial, el colesterol y la diabetes, y proteger los ojos de la radiación solar.
La importancia de las revisiones oftalmológicas
Las revisiones periódicas son fundamentales en todas las etapas de la vida. En la infancia, por ejemplo, la oftalmología pediátrica permite detectar problemas visuales desde edades tempranas.
En personas adultas, especialmente a partir de los primeros síntomas de presbicia o vista cansada, es recomendable realizar un chequeo visual completo: se evalúa la presión ocular, el nervio óptico y la retina, y se pueden detectar otras posibles patologías asociadas. Es la mejor manera de prevenir complicaciones visuales futuras.
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